En mayo de 1969, un grupo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) publicó un documento que cambiaría la historia: el RFC 8, “ARPA Network Functional Specifications”. Aquellas páginas, manuscritas y compartidas por correo entre científicos, sentaron las bases de lo que hoy conocemos como Internet.
Índice
1. El contexto: los años en que nació la red
En plena Guerra Fría, el Departamento de Defensa de Estados Unidos buscaba crear un sistema de comunicación capaz de sobrevivir a interrupciones o ataques. La agencia ARPA (Advanced Research Projects Agency) impulsó un experimento llamado ARPANET, destinado a conectar ordenadores de diferentes universidades para compartir recursos y colaborar a distancia.
En ese contexto, el RFC 8 definía cómo debía funcionar esa red pionera: sus componentes, su lógica de comunicación y sus principios técnicos.

2. ¿Qué es un RFC y por qué fue tan importante?
Las siglas RFC significan Request for Comments (Solicitud de comentarios). Eran documentos abiertos en los que los ingenieros de ARPA proponían ideas técnicas y pedían la opinión de otros colegas. No eran normas rígidas, sino puntos de partida colaborativos.
Gracias a este formato, el desarrollo de la red fue un proceso participativo: cada RFC se discutía, se revisaba y se mejoraba entre diferentes universidades.
De hecho, esta cultura abierta y descentralizada es el espíritu fundacional de Internet.
3. Qué planteaba el RFC 8
El documento, firmado por G. Deloche (UCLA) el 5 de mayo de 1969, tenía un objetivo claro: definir las funciones que debía cumplir la red ARPANET.
No entraba en el código o la electrónica, sino en el funcionamiento conceptual de los tres elementos básicos:
a) Los hosts o sistemas anfitriones
Cada universidad tenía su propio ordenador central conectado a la red. El RFC explicaba cómo debían comunicarse con el sistema y qué normas seguir para enviar o recibir datos.
b) Los Interface Message Processors (IMP)
Eran los primeros routers de la historia. Recibían los mensajes de los hosts, los convertían en bloques de datos (paquetes) y los reenviaban a su destino.
El documento los describía como intermediarios inteligentes, encargados de que la red funcionara de forma fluida y descentralizada.
c) El formato de los mensajes
El RFC establecía que la comunicación debía organizarse en bloques estructurados con encabezado, contenido y control de errores. Aunque TCP/IP todavía no existía, aquí ya se vislumbraba el principio del packet switching, el envío de información fragmentada en paquetes.

4. La filosofía detrás del documento
Más allá de lo técnico, el RFC 8 transmite una visión: la red debía ser colaborativa, descentralizada y resistente. No dependía de un único servidor ni de un centro de control. Cada nodo podía actuar de forma autónoma, algo que hacía que el sistema fuera más robusto y seguro.
Esa idea —una red distribuida que se autorregula— fue el germen de la Internet moderna.
Y lo más interesante: nació de una conversación abierta entre investigadores que simplemente querían conectar conocimiento.
5. El salto histórico: del RFC a la primera conexión
Solo unos meses después de este documento, en octubre de 1969, ARPANET consiguió su primer hito: la conexión entre UCLA y el Stanford Research Institute.
El mensaje transmitido fue tan corto como icónico:
“LO”
Intentaban escribir “LOGIN”, pero el sistema se cayó tras las dos primeras letras.
Aun así, ese error marcó el inicio de una nueva era.
6. Lo que representa el RFC 8 hoy
El RFC 8 no define protocolos modernos, pero sí la lógica sobre la que se construirían. Es un documento de visión, no de código, y por eso su valor es histórico y filosófico.
En pocas páginas, sentó las bases de:
- La interconexión entre ordenadores.
- El envío de datos en paquetes.
- La autonomía de los nodos.
- Colaboración abierta.
- Interoperabilidad entre sistemas.
- Y la colaboración entre desarrolladores.
Todo lo que hoy damos por hecho en Internet empezó con ideas como estas. Fue, en resumen, el primer borrador del mundo conectado.
7. Reflexión final
Cuando hoy abres una página web, envías un correo o haces una videollamada, estás usando un sistema que comenzó en papeles como el RFC 8.
Un grupo de científicos, con ordenadores enormes y líneas telefónicas ruidosas, imaginó una red que uniría el conocimiento humano.
El RFC 8 es mucho más que un documento técnico: es un testimonio del espíritu pionero que dio origen a la red que usamos cada día.
Así que la próxima vez que te conectes a una red Wi-Fi, recuerda que todo empezó con papeles como este —llenos de garabatos, fórmulas y visiones— pero sobre todo con la convicción de que compartir conocimiento cambia el mundo.
Y lo lograron gracias a una idea simple pero poderosa: compartir información y construir juntos.
8. Ficha del documento
| Campo | Detalle |
|---|---|
| Título original | ARPA Network Functional Specifications |
| Autor | G. Deloche |
| Institución | University of California at Los Angeles (UCLA) |
| Fecha | 5 de mayo de 1969 |
| Número de RFC | RFC 8 |
| Organismo | ARPA Network Working Group |
| Tipo de documento | Especificación funcional colaborativa |
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Sobre mí

Juan Armada Blanco
Profesor de secundaria de la familia profesional de Comercio y Marketing. Apasionado de la tecnología, la creación de contenido, WordPress y el marketing digital. Ayudo a otros a digitalizar su negocio y a sacar partido del entorno online.